Las cosas claras; no hay necesidad de pensárselo mucho antes de decidir venir a Mull. Esta gran isla de las Hébridas interiores está llena de increíbles posibilidades, tanto si viene en una excursión de un día como si se queda una quincena. Está situada en la costa occidental, es la tercera isla más grande de Escocia y también una de las más accesibles ya que cuenta con tres servicios de ferry.
Una ciudad de muchos colores
La preciosa Tobermory, situada al nordeste, es la principal ciudad de la isla. Es un lugar encantador que es necesario explorar; edificios pintados de brillantes colores en el paseo marítimo y una maravillosa variedad de comercios independientes como una tienda de chocolates, panadería, fabricantes de velas, artesanía en plata, galería de arte y alfarería. Tobermory alberga también un famoso centro de arte, una pequeña compañía teatral y estupendos pubs y restaurantes. ¿Qué más podría pedir a una ciudad en una isla?
Inspiración por naturaleza
Mull es uno de los mejores lugares para lograr ver pigargos, o puede hacer una salida en barco algo más lejos de la costa para intentar ver ballenas, delfines, tiburones peregrinos y otra fauna marina. Tenemos millas de costa que explorar, desde las inmaculadas arenas blancas de la bahía de Calgary en el noroeste a los impresionantes arcos de Carsaig al sur. ¿Quizás decida conquistar un Munro y escalar Ben More, o capturar imágenes de un paisaje increíble en una gira fotográfica?
Más allá de Mull
Al oeste de Mull puede hacer emocionantes descubrimientos. La diminuta y encantadora isla de Iona es un remanso de paz, con sus hermosas calas y su antigua abadía. Vea una de las maravillas geológicas de Escocia en una travesía a Staffa, con sus distintivas columnas hexagonales de basalto y la cueva de Fingal, una estructura natural con apariencia de catedral. En los meses de verano podría incluso acercarse a un frailecillo o dos, o admirar la increíble visión de miles de aves marinas anidando en las islas Treshnish.