Cuando llegue a Kirkwall pensará que ha aterrizado en algún lugar de Escandinavia. No se preocupe, está en el lugar adecuado.
La bulliciosa capital de las Orcadas, situada en la línea que separa East Mainland y West Mainland, tiene su origen en la época de las invasiones nórdicas. Es una maravilla del siglo XI fundada por el conde Rognvald Brusason, que construyó aquí su reino. Esta pequeña ciudad es solo un ejemplo del fascinante pasado del archipiélago, con sus calles estrechas y pasajes misteriosos. Todo ello, por supuesto, a la sombra de la magnífica Catedral de St Magnus.
En el pasado, la ciudad era un sereno refugio formado por unas pocas viviendas alrededor del puerto. Actualmente, Kirkwall es una bulliciosa ciudad con restaurantes, museos, pubs y tiendas. Vaya a donde vaya, se encontrará entre arquitectura de una hechizante belleza, y resultará difícil no sentirse atraído por la riqueza histórica de lugares antiguos, como por ejemplo los Palacios del Conde y del Obispo.