Desde las colinas y los páramos del oeste a los valles y la pintoresca costa de Berwickshire al este, es fácil comprender por qué Sir Walter Scott estaba tan encantado con esta región que decidió construir aquí la casa que tanto amó, Abbotsford.
Al pasear por este paisaje cautivador, no es posible evitar trasladarse en el tiempo al mundo de las epopeyas románticas de Scott, pobladas de forajidos atrevidos y damiselas en apuros.
Centro de la historia
La región de los Scottish Borders tiene un agitado pasado que desmiente su sereno paisaje. Sus numerosas casas señoriales, evocadores castillos y sus cuatro magníficas abadías son prueba de su rica y a veces turbulenta historia.
Este singular legado se mantiene vivo en estos monumentos, magníficamente conservados, así como en tradiciones antiguas como las cabalgadas anuales conocidas como Common Ridings, el festival de cabalgada más antiguo del mundo.
El equilibrio perfecto
Mucha gente se retira a los Scottish Borders en busca de un ritmo de vida más tranquilo, con revitalizadoras actividades y deportes al aire libre como la pesca, el golf o los paseos. Pero no todo es paz y tranquilidad. Además de estas actividades más tranquilas, también se puede practicar el ciclismo de montaña en los centros de los 7stanes, así como tiro con arco conducir quads todo terreno, o aventuras en las copas de los árboles en Go Ape.
Despensa natural
El pintoresco entorno rural y el paisaje costero intacto hacen que los chefs no necesiten ir muy lejos para adquirir deliciosas frutas y verduras en las granjas cercanas, carnes suculentas de ganado local y pescados y mariscos frescos del día.